El Pitch Perfecto. Parte 1

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Con Wayra buscando 50 startups, se puede decir que en 2014  continuarán los buenos tiempos para las aceleradoras, incubadoras y demás animales. Ya durante 2014, la fiebre Startup/Emprendedora se extendió incluso a la televisión con programas como Tu Oportunidad (que si os ha sabido a poco siempre se puede recurrir en youtube a Shark Tank o Dragon’s Den).

Y es que a la hora de definir tu proyecto, si tan importante es tu idea, tu misión, tu visión, tu equipo, o el capital que necesites para sacarlo adelante. Es en la presentación (‘el pitch’) donde se puede (y se debe) marcar la diferencia. Y por eso es importante prepararla cuidando todos y cada uno de los detalles. (Nota: Partiendo de la base de que se tiene una idea y proyecto sólidos).

En primer lugar, y aunque suene a topicazo es cierto, hay que ser capaz de contar lo que haces en menos de un minuto,  y contarlo para que lo entienda tanto una persona de 70 como de 5 años. Y para lograrlo hay cuatro puntos importantes a tener en cuenta:

  1. Claridad. El mensaje que transmitamos tiene que ser claro y conciso. El objetivo es persuadir a quien nos oye para que nos «compre» nuestro proyecto (y sí, tenemos que ser vendedores y cuanto antes lo interioricemos mejor). De hecho, el uso intensivo de internet y las redes sociales ha reducido el periodo de atención de las personas a 8 segundos, por lo que si no somos «claros» vamos a perder la oportunidad de explicar lo que hacemos.
  2. Simplicidad. Utilizar conceptos simples para que se entienda lo que decimos. Por supuesto, dejar de lado tecnicismos o palabros americanos para sonar cool. Si asumimos que nuestro interlocutor no tiene ni idea de lo que le vamos a hablar y montamos nuestro discurso sobre esta premisa, ya tenemos mucho ganado.
  3. Actitud. Somos lo que proyectamos, o al menos para los demás, que son a los que queremos convencer. Si no somos capaces de demostrar nuestra pasión, positividad, y energía mientras explicamos nuestra idea, ya puedes ser Bill Gates o Mark Zuckerberg, que no tendrás nada que hacer para convencer de las bondades de tu proyecto. Además, si se da el caso de que tu idea no convence, por la razón que sea, y se cierre una puerta, si te has mostrado con entusiasmo y con energía es más fácil que aparezca otra oportunidad con la que igual no contabas.
  4. Práctica. Los americanos dicen «Practice makes perfect» y no hay nada más cierto. Practica en tu cabeza, delante de un espejo, grábate con la webcam del ordenador o con el móvil, delante de amigos o familiares. Y mejora con todas las críticas constructivas que te vayas encontrando por el camino. Y sí , practicar es echarle horas al asunto, si piensas que con unas slides de Powerpoint revisadas por un colega que controla, y con algo de caradura y un poco de mucha labia vas a llegar muy lejos sin echarle horas, o bien tienes mucha suerte (mal vamos si dejas algo tan importante al azar) o bien estás en el lugar equivocado.

Por lo que con un discurso claro, simple, bien preparado y presentado con una actitud positiva, ya se lleva mucho ganado a la hora de presentar un proyecto.

(continuará … )

 

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